miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA MODERNIDAD LÍQUIDA

¿Qué es el sujeto? ¿Qué papel puede tener en nuestra sociedad? ¿Qué es la felicidad? Son preguntas que se pueden intentar responder desde muy diferentes perspectivas. Hoy intentaremos enfocarlas desde la llamada perspectiva de la "modernidad líquida" acuñada por el pensador Zygmunt Bauman (Polonia, 1925). Según Bauman, en la actualidad, estamos en unas sociedades en las que se han perdido los referentes (las llamadas sociedades de la modernidad líquida) los ideales, las piedras angulares a las que aferrarse, sociedades en las que todo cambia continuamente y en las que los individuos se sienten desarraigados. En ellas éstos han de adaptarse constantemente a los vaivenes y mutaciones de las sociedades líquidas.

El continuo esfuerzo del individuo por construirse una identidad, en estas circumstancias, le produce desgarros  esenciales y le empujan a situaciones de gran fragilidad. El desafio del sujeto moderno consistiría en forjarse una identidad propia en apariencia sólida pero capaz de adaptarse a las diferentes situaciones a que les lleva la montaña rusa de su vida.

¿Hacia dónde nos empuja o adónde nos lleva esta sociedad? ¿Hay alguna finalidad, un "Telos"? Según Bauman no, la modernidad líquida nos aboca a un movimiento de no finalidad, de inconclusión. Al individuo le resta un estar en el mundo de modo reflexivo, autónomo, y a estar buscando una felicidad que no es ya un ideal a conseguir sinó una necesidad material compulsiva que muy a menudo le lleva a la insatisfacción. Si la satisfacción-felicidad ha de venir proporcionada por los bienes de consumo (felicidades materiales y efímeras) y no por la persecución y consecución de unos ideales o valores no materiales, la cantidad de bienes nunca será suficiente para satisfacernos y nos abocará a una constante infelicidad y ansiedad, a una rueda sin principio ni final.

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